1.Foto Angélica 1988 (Archivo personal de Angélica)
2.Foto Angélica 2019 (Foto de Álvaro)
"Promesa cumplida"
Semblanza: Álvaro de la Torre González
¿Qué tan esquiva puede ser una entrevista? Yo no sabía la respuesta, hasta que me presentaron a Angélica Venzor. Yo no la conocía, apenas había oído un par de cosas sobre ella. Que según tenía un puesto en el Chopo. Que según hacía artesanías.
¡Venga, pues qué poca información había! Aun así, yo tenía muchas ganas de conocerle. Pero poco sabía yo, que nuestra cita se convertiría en una promesa extendida, a través de varias y angustiosas semanas…. Fue hasta la tarde de un día soleado, en un pequeño cafetín cerca del metro Juárez, que nuestra promesa se hizo cumplida.
Ahí estaba Angélica, una mujer rondando los 50 años de edad, y ¡oh sorpresa, no estaba sola!, le acompañaba una jovencita. "¿Será su hija?", pensé. Y no me equivocaba, ella la había traído para contar su parte de la historia ¡Y qué historia! Una de promesas, muchas cumplidas, y todas girando alrededor de este mítico lugar: El Chopo.
¿Cómo llegó ella ahí? ¿Qué personas cambiaron su vida? ¿Qué sucesos históricos le tocó vivir? Y lo más importante: ¿Qué significa para ella el legendario tianguis de la contracultura?
Las respuestas fluyeron en el lapso de aproximadamente una hora, en la cual Angélica y Yulini (Su hija) le contaron a su servidor su vida y obra.
Acompáñenos y sean parte de esta historia (También pueden pedir un café si gustan).
¿Cómo te defines Angélica?
Mira, yo soy 100% chilanga. Yo nací, según cuenta la leyenda de mi papá, en la colonia Viaducto-Piedad. Pero no crecí ahí, mi familia es como gitana, curiosamente cada 5 años cambiábamos de domicilio, no sé por qué, pero tienen ese ritual. Entonces, yo no puedo decir que tengo raíces en algún lugar, pues he vivido en muchísimas colonias.
2. ¿Y a qué te has dedicado a lo largo de tu vida?
Yo soy artesana. Soy una de las responsables de que los jóvenes puedan disfrutar de su identidad propia, o sea, que puedan traer accesorios que les ayudan a afirmar su personalidad ante un grupo, ante una corriente de rock.
3. ¿Cómo fue tu juventud como artesana y rockera?
Ah mira, te voy a ser honesta, y no me da pena decirlo, porque finalmente es una situación que debemos atender a nivel de prevención y atención. Yo tuve que salir de mi seno familiar por violencia intrafamiliar. Entonces, a los 18 años ya me sostenía sola, vivía con unos compañeros de Coyoacán y allí me hice responsable de mi persona.
Eso me permitió conocer muchos lugares, y estando en el Chopo pude viajar a varias ciudades y a otros países. Entonces, aunque las cosas a veces vienen enmascaradas con caras de desgracia, pueden resultar siendo una bendición. Pues como yo nunca encajé con los códigos de mi familia, salí a buscar mi propio camino y eso me ayudó a encontrar el Chopo, a encontrar otros lugares, otros amigos y otros espacios.
4. ¿Cómo empezaste a escuchar rock?
Teníamos un compañero que ya falleció que se llamaba Aurelio González, y con él me identificaba mucho porque traía rock, pero rock de Guatemala. Entonces, era como mi sueño dorado, pues era música de los lugares que yo había conocido y de los cuales me había enamorado. Era un rock muy singular. Y yo soy de las personas que les gusta entender la letra de lo que escuchan, entonces, yo tiendo a oír rock latino, pues valoro el rock, la música, la palabra…
5. ¿Cuándo empezaste a asistir al Tianguis Cultural del Chopo?
Yo llego al Chopo porque con un amigo artesano queríamos vender en Coyoacán, pero no nos dejaron. Es curioso porque la gente a veces te puede ver como recurso o como amenaza, dependiendo de cómo proyectas tu imagen. En ese momento no nos dejaron poner en Coyoacán, y mi amigo me dijo: "vente, no te preocupes, vamos a ir a un lugar donde estamos muchos artesanos y nos ponemos sin bronca". Lo acompañé y llegamos a la explanada que estaba afuera del Chopo.
Yo llegué a finales de 1988 y los artesanos tardamos en ser parte del Chopo como un año, año y medio, cuando el Chopo nos absorbió y entonces ya puedo introducirme a las entrañas del Chopo y empiezo a tener contacto con toda esta música.
6. ¿Cuál ha sido uno de los eventos más importantes que has vivido en el Chopo?
Lo que me impactaba mucho, porque yo en ese entonces tenía como diecinueve años, era que llegaban los chavos totalmente vestidos para ir al Chopo, era un festival, era un carnaval de ver las diferentes tendencias del rock representadas en la vestimenta de un joven. Podías ver desde que llegaban los punks, los famosos Ramones, los del estilo del rock industrial, los metaleros, los rastas … bueno era todo un festival visual.
Los jóvenes en el Chopo tenían libertad, se sentían seguros de expresar su gusto musical, y lograban cumplir esa necesidad de encontrar un grupo de pertenencia. Entonces, ese dispositivo de libertad y paradójicamente de seguridad, de poder ser joven y vestirse como tú quieres, yo no lo vi en ningún otro lado. O sea, yo no sé si en algún otro lugar se daba eso, pero en el Chopo la verdad era un festival grandioso.
Yo no sé si mi hija todavía se acuerde de cómo iban los chicos vestidos de diferentes tendencias, pero lo que sí te puedo decir, que cuando a la casa de ustedes iba un cliente, iban punks porque su papá vendía piercing y cosas así, entonces, mi hija a los cuatro o cinco años se le acercaba al punk y lo abrazaba y le decía, "hola, ¿cómo estás?", y el punk acá bien rudo con los picos, las cadenas…
7. ¿Cuál era tu rutina los sábados de tianguis?
Cuando yo llegué al Chopo me di cuenta que era un mercado muy distinto al de Coyoacán, muy, muy diferente. Eso hizo que yo observara cómo era el joven que asistía al Chopo, bueno yo también era joven en esa época. Y entendí que eran personajes muy diferentes a los clientes que encuentras en el sur, y ese es un don que tiene el Chopo, convoca a que el joven se pueda expresar e identificarse a grupos de diferentes tendencias de rock. Entonces cuando yo empiezo a ver que hay una vestimenta diferente, yo empiezo a diseñar y hacer accesorios diferentes para los chavos.
Fui la primera que metió el tinte para el cabello para las punketas, metí unas máscaras increíbles, el látex, que en aquel entonces eran del grupo de Slipknot, yo empezaba a maquilar muñequitos, así muy estilo darketas. Como que mi mercado se fue adaptando a lo que yo veía en ese momento y el mismo joven llegaba y me decía, "oye, ¿tienes esto?", y ya cuando de plano veía que eran demasiados pensaba: "ah pues, vamos a diseñar y vamos a crear esto".
8. ¿Cuáles han sido los principales logros del Tianguis Cultural del Chopo?
El Chopo no te juzga, realmente todos son bienvenidos, y yo lo pude ver a lo largo de mucho tiempo. Yo vi cómo la gente que no se sentía cómoda en otros puntos de la ciudad y ahí, en el Chopo, siempre pudieron ser quienes realmente creían que eran. Y el Chopo se los agradeció porque es parte de su historia, así que la gente también armó al Chopo.
9. ¿Por qué crees que el Chopo sigue siendo un lugar importante en la Ciudad de México?
Nos seguimos preocupando porque el joven de hoy siga teniendo ese espacio seguro. Para que los jóvenes se puedan expresar y que puedan decir, vestir, actuar conforme algunos acuerdos de convivencia social, que les permitan socializar y cumplir su deseo de pertenencia a alguna cultura, a algún grupo, a alguna cuestión social. Porque creo que dentro de la adolescencia y la juventud el reto más importante es descubrir tu personalidad, y tú no te puedes descubrir como persona si no te ves reflejado en el otro. Entonces por eso para mí es bien importante el espacio que le damos a los jóvenes, el Chopo es una plataforma para que ellos puedan construir su personalidad y su identidad.