Chelico en el Chopo…
Por: Gerardo Campos y Víctor Abundis
Para conocer el rock en México es necesario visitar el Tianguis Cultural del Chopo. Y para conocer el Tianguis Cultural del Chopo, hay que conversar con Javier Hernández Chelico; un fotógrafo, reportero y tallerista experto en periodismo de rock. Desde hace 18 años escribe la columna "En el Chopo", en el periódico La Jornada, su trabajo es una memoria viva de lo que ha ocurrido en este emblemático tianguis. No por nada el Tianguis Cultural del Chopo inicia con el puesto de la Jornada.
Fotografía Abundis, Chelico y Gerardo
¿A qué te dedicas Chelico?
Soy reportero y columnista del periódico La Jornada, y tengo un programa en Sónica TV que se llama "La Caminera". Además, doy talleres de historia del rock mexicano, periodismo y rock en el Faro Oriente.
¿Cómo te definías de adolescente y cuáles son tus orígenes?
Mi familia es originaria de Oaxaca. De hecho, decidí usar Chelico en honor a mi papá, pues la familia es conocida en el pueblo como los Lico. De adolescente era un poco inquieto, me gustaba el rock y eso ya te señalaba como alguien diferente, a lo mejor no rebelde, pero sí diferente.
¿Cómo empezaste a escuchar rock?
Yo no sé dónde me infecté de escuchar rock, yo creo que en el barrio. A los quince años, era yo muy inquieto, insisto, por la costumbre de mi papá. Recuerdo que con mis amigos teníamos un club en donde escuchábamos música y le pusimos MAD. El club MAD era la casa de un cuate, por el norte de la ciudad. El chiste es que en la sala de su casa pusimos los posters de pintura fluorescente, teníamos luz negra, hicimos un lugar propicio para escuchar rock.
Además, recuerdo que mi papá me compró dos álbumes (el Mad Dogs & Englishmen de Joe Cocker y el de Bangladesh el concierto) y me dejó ir a Avándaro. Mi papá fue una persona muy alivianada, me dejó ser, y eso siempre se lo he agradecido. Por eso viene el homenaje tácito de Chelico, para resaltar su tierra.
¿Cuándo empezaste a asistir al Tianguis Cultural del Chopo? ¿Por qué lo hiciste?
Porque empecé a trabajar en la revista "Conecte", como fotógrafo. Recuerdo que al principio me mandaban a todos lados, menos al Tianguis del Chopo. Hasta que un día mi jefe; José Luis Pluma, me dijo; "vente, vamos al Chopo a que saques unas fotos". Desde ese día empecé a ir al Chopo con regularidad.
José Luis Pluma y Chelico. (Archivo personal de Chelico)
¿Cuándo empiezas a escribir la columna sobre el Tianguis del Chopo?
En 2001. Fíjate que en esa época el Chopo seguía en pleno auge, todavía había mucha actividad cultural. Recuerdo que estaba la galería Juantxo Sillero, la galería de fotografía, "El Cinito", había exposiciones de artes visuales, ferias de libro, clínicas de rock, estaba Radio Chopo. Además, conseguías música que no encontrabas en otro lado. Todas las bandas locales ofrecían su mercancía en el Tianguis del Chopo, y también se vendía ropa, pero era lo de menos. Siempre se ha vendido toda parafernalia alrededor del rock, pero siempre se vendió en cantidades menores, no como ahora. Por todas esas razones le propuse la columna a Fabrizio León, fundador del periódico La Jornada.
Y Fabrizio aceptó la columna, pues La Jornada era un periódico para jóvenes y el Chopo era un lugar muy importante en esa época. Entonces, al tener presencia a nivel nacional, la columna permitía que todos los que no podían trasladarse al Chopo, se enteraran de qué estaba ocurriendo. Y fue un éxito -perdonen el término- pero nos leían mucho. Recuerdo que nos llegaban correos de mexicanos que estaban en Alemania, Rusia, Francia; preguntando por el chopo, pidiendo más información.
Luego, hicimos un trato con la Asociación Civil; como publicábamos la columna nos dieron un puesto para distribuir el periódico. Sin embargo, hay que dejar claro que la columna no es portavoz del Chopo, es un trabajo periodístico independiente.
¿Cuál ha sido uno de los eventos más importantes que has vivido en el Chopo?
La época más bonita del Tianguis del Chopo fue a finales de los 90. Había muchas actividades culturales, llegaban muchos personajes relevantes para la escena cultural mexicana. Recuerdo que en las chelerías que estaban cerca del tianguis conocí a los integrantes del Grupo Enigma, tocaban un Hard Rock muy machín. También conocí a Carlos Monsiváis, José Agustín, Paul Leduc, todos esos asistían al Chopo.
¿Cuál ha sido la importancia del Chopo en la Ciudad de México? ¿Y cuál es su futuro?
Fíjate que tiene tanta importancia que hasta aparece en las Guías Turísticas como un punto a visitar. Es que tiene nombre internacional. He platicado con gente de Brasil, de Francia que quieren trasladar el modelo del Chopo a sus países. A lo mejor hoy eso nos impresiona, porque estamos acostumbrados a otro tianguis, pero hace 10 años cuando llegabas al tianguis disfrutabas de una gran oferta cultural y compartías con diversidad de visitantes.
El Chopo necesita revivir eso. Necesita volver a ser el pilar de bandas nuevas, dar a conocer artistas de todas las disciplinas. Especialmente, necesita dar lugar a fotógrafos, performanceros, artistas de todo tipo que no tienen lugar en los medios masivos.