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Fotografías: Tercero Díaz
Tobi
"Soy anarquista".
Por Tercero Díaz
"Mi apodo es el Tobi, voy a cumplir 54 años y trabajo en una biblioteca anarquista. Soy anarquista".
Con casi 40 años dentro del movimiento punk y anarquista, el Tobi, originario de la Ciudad de México y residente de Ecatepunk desde hace décadas, es hoy en día el encargado de la Biblioteca Social Reconstruir, un ícono para lxs libertarixs de México y el mundo, que comparte material diverso desde Europa, Estados Unidos, Alemania, entre otros países. Fanzines, libros, panfletos, comunicados y demás material subversivo se pueden encontrar en este sitio de la historia no oficial en la capital de México.
En los ochentas conoció el punk, y jamás dejó de escucharlo y de formar parte activa de la escena underground. El Tobi asegura que el punk cambió su vida. Ya no era la música de rock que hacía un papel de simple acompañamiento en su cotidianidad, cuando llegó el punk, se convirtió en su forma de vida. "El punk era una ideología, una actitud, una forma de vestir, un desafío a la sociedad y en ese momento aunque yo estaba joven, obviamente eso me pegó, yo dije, es algo mío, entonces era una especie de filosofía de vida", comenta el Tobi.
Con una opinión política informada, y con ideología libertaria, el Tobi no vota y no colabora con las instituciones oficiales que han llegado a lo largo de su vida a querer financiarlo a él y el proyecto de la Biblioteca Social Reconstruir. Manteniéndose siempre congruente consigo mismo y con sus ideas, ha sabido emparentar la adultez sin abandonarse a sí mismo, sin adentrarse en el modelo de vida normativo de trabaja; consume, trabaja; consume…
La gente pudo a haber perdido la capacidad de imaginar mundos diferentes, y tachar de inmadurxs a aquellxs que conforme pasa el tiempo, siguen desafiándolo todo, a la iglesia, a la policía, a la religión, el matrimonio, los negocios y el trabajo. Pero para el Tobi, la anarquía sigue siendo una forma real de vida en la que día a día se siente satisfecho con lo que ha hecho, a pesar de no encajar en la idea de éxito de la sociedad capitalista.
1. ¿Cómo te defines Tobi?
Mi apodo es el Tobi, voy a cumplir 54 años y trabajo en una biblioteca anarquista. Soy anarquista.
Somos anarquistas porque no ejercemos la violencia, o al menos no para imponer nuestro punto de vista. En nuestro núcleo social lo que hacemos es debatir la idea y no la imponemos. Además, no somos parte de los cuerpos represivos, no pertenecemos a ninguna policía, ejército ni creemos en eso. Denunciamos al ejército, no creemos en patrias ni en banderas, no defendemos México, queremos que no exista ningún país, sino que todas las fronteras sean universales.
No creemos que venga alguien a salvarnos, creemos que la sociedad misma debe organizarse para encontrar las soluciones posibles. Ésa es la forma en cómo se vive, viendo en qué puedo ayudar, cómo ver al otro no como un competidor, sino como alguien como a quien podemos colaborar, porque nos podemos ayudar mutuamente. Entonces, ser anarquista en el siglo XIX o en el siglo de hoy es estar en contra de los valores impuestos de la dominación, la competencia, el triunfo, el avasallamiento, el pisotear a los demás. Y más bien defender la solidaridad, el apoyo mutuo, la educación, la cultura, una sociedad fraterna entre iguales.
2. ¿Cómo empezaste a escuchar punk-rock?
En la secundaria empecé con rock, en las noches aparecía un programa en Radio Capital, que se llamaba Vibraciones, y en ese programa ponían a los Rolling Stones, a los Doors, Black Sabbat, ese tipo de Rock. Cuando entro a la Normal, en el 80, conozco un poco de metal y tal. Pero cuando llega el punk, ése sí me gusta, obviamente seguí escuchando otras cosas, pero el punk era lo que me más gustaba.
3. ¿Por qué te identificaste más con el punk que con el rock que escuchabas anteriormente?
Porque el rock era como un acompañante nada más, como algo que te acompaña durante la vida. El punk no, el punk era una ideología, una actitud, una forma de vestir, un desafío a la sociedad. Y en ese momento, yo estaba joven, obviamente eso me pegó, yo dije: "no pues, esto es algo mío". Era una especie de filosofía de vida, una actitud ante la sociedad y eso fue lo que me impresionó y me cambió la vida por completo. Aprendí que todo el mundo podría ser punk, cualquiera podía hacer un fanzine, cualquiera podía estar en un colectivo, que había ciertas ideas que había que seguir. Eso fue lo que me atrapó del punk.
Nosotros sí queríamos cambiar la pinche sociedad y queríamos cambiarla radicalmente, si no era ya por la lucha armada, era mediante la organización, crear espacios, crear radios, crear colectivos, crear fanzines, crear áreas de influencia. Y por eso me quedé, dije: "esto es lo que me gusta"
4. ¿Cuándo empezaste a asistir al Tianguis Cultural del Chopo?
Saliendo del Museo hay una pared, ahí se juntaba la banda punk, entonces, siempre que llegábamos al Chopo, sabíamos que ahí íbamos a encontrar a la banda punk, discos, fanzines. Allí conocí a Ángel de Crimen y a la pandilla PND (Punks Not Dead), ellos se vestían al estilo inglés; con botas, pelos de colores, estoperoles. Nosotros nos vestíamos como entendíamos que era el punk; con ropa rota, con eslogans hechos por nosotros mismos en las playeras, pantalones con grasa, y zapatos rociados con coca cola. Recuerdo que tenían música que nosotros no conocíamos, allí conocí a Infa Riot, Generacion X, Buzzcocks , Clash, etc. Adentro del museo del chopo pude ver y escuchar a Hospital X, la banda que había formado Javier Baviera cuando fue echado de Rebel d Punk.
Cuando estuvimos en Insurgentes, en el estacionamiento que estaba cerca de la avenida México Tacuba, me acuerdo que me dieron el primer fanzine el "Falso Magazine", eso fue en el 85. Ahí llegábamos porque sabíamos que había un espacio punk, en ese año fue el mundial del futbol y el tianguis del Chopo daba mal aspecto así que nuevamente cambió de lugar.
Cuando estuvimos en Mimosas, igual, había un lugar donde la banda punk estaba, entonces llegabas y cambiabas las cosas con ellos, "escúchate esta banda", y conocías esto y lo otro. Allí conocí a las bandas Kortatu y la Polla records, cicatriz etc. El tianguis del Chopo se movió de ese lugar después de una agresión de los habitantes de la colonia el Nopal, ellos llegaron y agredieron a todos los asistentes del tianguis del Chopo. Y solo los punks les hicieron frente, además ayudamos a recoger los discos y cassetes que fueron tirados durante la trifulca.
Cuando llegamos a Buenavista, igual. Algunos nos juntamos en la estación del tren, porque todavía estaba el tren allí, nos reuníamos en las escaleras. También había una pared, casi en medio del tianguis, donde también se reunía la banda punk, ahí se intercambiaba música. Incluso miembros del Colectivo Cambio Radical colocaban sus discos LPs y EPs y si alguien quería una copia daba un cassette y 5 pesos y al siguiente sábado se le entregaba su grabación.
5. ¿Cómo lograron los anarco punks ganar su espacio en el Chopo?
El espacio que estaba adentro de tianguis del Chopo, que más tarde se llamó el Colectivo Alternativo, fue repartido entre algunos asistentes punk. Ellos pusieron puestos de chamarras, de botas, de música etc. Entonces fue un espacio con el fin de vender y no tanto de intercambiar y poco a poco se fue desdibujando la identidad punk. Por lo que los asistentes al tianguis del Chopo ya no se sentían identificados con ese espacio, por eso, se propuso hacer un nuevo espacio de intercambio y convivencia. Así que se decide colocar el nuevo proyecto en las rejas de la estación del tren, espacio que ocupa hoy la Biblioteca Vasconcelos. Esto no les agradó a los del Tianguis del Chopo que echan a los compañeros con golpes y agresiones.
Hay dos o tres peleas, hasta que los del Chopo nos dicen, "bueno, vamos a dejarles el espacio de atrás, donde tocan los grupos, ahí cuando acabe el concierto, ustedes se ponen". Así nace el Espacio Anarcopunk, hacían los conciertos, se acababan a la 1:00 de la tarde y ya nos poníamos nosotros.
El Espacio Anarco Punk estaba conformado por colectivos y proyectos. Por ejemplo, si alguien tenía una distribuidora, pedía el espacio y se le otorgaba mediante aceptación en asamblea. No se trataba de vender por vender, la idea era que con la venta se apoyara a los proyectos. Otra característica, era que la banda tenía que hacer cosas con sus propias manos, si alguien iba a Tepito y compraba inmediatamente le decíamos; "no mames, aquí no se trata de eso, no se trata de revender, tiene que llevar algo tuyo, tiene que ser algo personal".
Quizá, lo más importante es que el espacio tenía asambleas, a veces semanales, donde se decidía si se apoyaba una marcha, o se hacía una colecta para apoyar a los presos políticos, tratar los problemas con el tianguis del Chopo, etcétera. Por último, pero no menos importante, quincenal o mensualmente, editábamos un boletín que era hecho por cada uno de los proyectos que confluíamos en el espacio anarco punk, y repartíamos gratuitamente los mil ejemplares.
6. ¿Puedes platicarme alguna historia que recuerdes en el Chopo, que tengas muy presente en todos estos años del Chopo?
Creo que fue en 1993 cuando nos empezamos a reunir, en las escaleras del tren, varios colectivos punks. Colectivo acción Libertaria, las juventudes Libertarias Ricardo Flores Magón, colectivo Liberación animal, el colectivo Liberación autónoma y personas interesadas. En esa época decidimos crear una nueva organización de coordinación y así nació Juventudes Anti Autoritarias Revolucionarias- JAR. Y para 1994, cuando irrumpió la revuelta zapatista nos empezamos a reunir en la sierra de Guadalupe, allá en los cerros por donde vivo, para formar una comisión y asistir al llamado del EZLN en la convención zapatista de agosto de 1994. Y 12 miembros de los colectivos integrantes de JAR asistieron a dicho evento.
Solo la Caravana Libertaria Carlo Giulianni superó a JAR, también nos reuníamos en el Chopo y en la biblioteca Social Reconstruir y asistimos a las protestas globales en distintos estados Monterrey, Cancún, Guadalajara, etc. Pero esa es una historia larga de contar.
7. ¿Cuál es tu rutina los sábados de tianguis?
Bueno, yo estuve vendiendo mucho tiempo en el espacio Anarcopunk hasta que abrimos la biblioteca acá. Cuando abrimos había un carnal que tenía que venir los sábados, las primeras veces vino y después ya empezó a faltar, entonces yo tengo que estar aquí. Por eso, dejé de asistir al Chopo estos años. Pero el día que quiera, regreso y agarro mi espacio. ¿Por qué?, porque tengo el proyecto de la biblioteca, entonces, el dinero que sale de allí es para ayudar para los gastos de aquí, nadie puede decir que no.
Igual a veces voy, pero cuando alguien me manda un disco, voy y lo recojo ahí, "¿dónde nos vemos?", "en Espacio Anarcopunk", voy, hablo con los compas y veo a la banda.
8. ¿El Chopo ha sido importante para los punks?
Hablando del pasado el Chopo era algo que valía la pena. Un lugar de encuentro y de intercambio de información y de cosas. Nosotros sacábamos un fanzine y lo repartíamos ahí. ¿Dónde más ibas a vender un fanzine? En la calle, ¡no! Llegabas al Chopo y ahí los vendías. Sacábamos un nuevo folleto o lo que fuera y ahí lo distribuíamos. Yo alguna vez llegué a decir que ir al Chopo era como ir a misa, o sea, tenías que ir cada domingo, así íbamos al Chopo, cada sábado a ver la gente. Como todos éramos jóvenes, pues la idea era conocer a otros compas que te daban material, conocer chavas, conocer colectivos.
9. ¿Y ha sido un lugar importante en la Ciudad de México?
En los primeros años el Chopo era el lugar donde sabías que había una tocada: "una tocada en Xochimilco", "una tocada aquí", "una tocada allá". Sabías de las marchas de protesta, "va a haber una protesta por el 2 de octubre", "por esta ley X". La otra en el Chopo podías juntarte con la gente que pensaba igual que tú. Entonces, los metaleros se juntaban con los metaleros, los que eran hippiosos con los hippiosos, los punks con los punks. Era una especie de convivencia. En un principio, era un lugar así. Actualmente el Chopo, ya no es lo que era. Y no lo digo por añoranza, sino que más bien, ya no tiene mucho de rock. Ahora hay muchas cosas que no tienen nada que ver con el rock.
10. ¿Por qué habría que mantener vivo el Chopo o seguir asistiendo al Chopo?
Hay gente que, por ejemplo, puede seguir asistiendo al Espacio Anarcopunk porque sabe que hay un fanzine, una publicación, porque hay una invitación, hay una propuesta de organización, te dicen dónde van a estar los conciertos. Eso era lo que pasaba antes, íbamos ahí porque sabíamos, "va a haber concierto aquí y allá", te llevabas 5 o 6 propagandas y ahí tú decidías. Ahora ya no, ahora está en el internet, ahora en el internet te enteras, ya no hay ni siquiera propagandas físicas, entonces la tecnología cambió mucho de la dinámica del Chopo.
ENTREVISTA
Fotografías: Tercero Díaz
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